miércoles, 26 de abril de 2017

La Trashumancia y los Vaqueiros de Alzada

El nomadismo ha sido ampliamente una práctica de supervivencia perpetrada por la humanidad desde los inicios de su historia. Muchas de las primeras poblaciones y sociedades tuvieron su origen en la práctica nómada o seminómada hasta que finalmente afrontaron un proceso de asentamiento para dar paso a la vida sedentaria. Sin embargo esto que aquí se resume en dos líneas esconde una gran complejidad en el que intervienen diferentes factores, específicamente económicos y familiares pero también religiosos, políticos, o de diversa tipología.

Sin embargo es importante entender que el nomadismo o la trashumancia, en la que se centrará este artículo, no debe representar a ojos del observador una práctica primitiva. Son muchas las sociedades que han mantenido o readaptado un sistema de vida transeúnte construyendo del mismo modo una cultura particular y única en cada caso. Este modo de vida ha acarreado en su mayoría conflictos con el concepto de territoriedad, ya que las legislaciones fronterizas o las administraciones públicas por ejemplo, no están diseñadas para tener en cuenta estas poblaciones móviles, y ejercen presiones para acelerar su desaparición.

En éste marco podemos hablar de los Vaqueiros de Alzada un grupo étnico que encontraríamos entre las cuencas del Navia y del Nalón y desde el mar Cantábrico hasta las montañas astur-leonesas, o lo que es lo mismo, en torno a la zona occidental de la comunidad asturiana.

Su característica más particular, y la que ha llamado la atención de muchos curiosos, ha sido la práctica de la trashumancia estacional. Aunque hoy en día son muy pocos los vaqueiros (distinguidos por linajes familiares y apellidos diferenciados) que practican la trashumancia como modus vivendi, existe una minoría no generalizada que la mantiene.

Juan Uría, quien ha trabajado sobre el origen de los Vaqueiros asegura que proceden de, como mínimo,  etapas previas a la Edad Media. “Sabemos con seguridad absoluta que los vaqueiros practicaban la trashumancia o el nomadismo en grandes distancias, por lo menos en la primera mitad del siglo XV, y existe algún fundamento para suponer que lo mismo ocurría en otros siglos anteriores de la Edad Media”.

El núcleo económico de los vaqueiros giraba en torno a las actividades pastoriles, el ganado respondía a la principal fuente de recursos y su sociedad se construía a partir de esta lógica. Durante el invierno los vaqueiros acostumbraban a vivir en los pueblos junto con la mayoría no vaqueira llamados xaldos, sin embargo en verano migraban a zonas altas, que normalmente superaban los 1000 metros para vivir en los que llamaban las brañas.


Braña Vaqueira


Aunque hay una gran variedad de tipo, estructura y funcionalidad generalmente las brañas eran explotadas en verano. Están construidas con piedra, en forma circular las más pequeñas y rectangular las más grandes, y de madera y escoba para los tejados. A mediados del siglo XV el aumento de población convirtió a muchas de las brañas en autenticas aldeas llegando a incluir fuentes, escuelas o iglesias, pero no olvidemos que solo se llenaban de vida durante seis meses al año. Las brañas representaban un centro de reunión para los grupos de vaqueiros más cercanos que provenían de diferentes pueblos, y era entonces cuando se celebraban las festividades propias de su idiosincrasia.  

En palabras de Maffesoli, “el nomadismo no está únicamente determinado por la necesidad económica o la simple funcionalidad. Su móvil es otro: el deseo de evasión. Es una especie de pulsión migratoria que incita a cambiar de lugar, de hábito, de compañeros, y ello para realizar la diversidad de facetas de su personalidad”, es decir, es una ideología, una forma de vida que tiene su lógica más allá de lo económico.

Un ejemplo de ello es la boda vaqueira que nos describe el antropólogo Adolfo García en Antropología de Asturias. Se trata de una celebración nupcial que se acontece el último domingo de julio en la zona de Aristébano en torno a la capilla de la Divina Pastora. Solo una pareja que desee casarse este día puede ser la escogida, por lo que los novios deben presentar su petición al consejo vaqueiro que les dará o no el consentimiento. La ceremonia se convierte en una celebración común en la que se toca la gaita, se baila y se come conjuntamente con todos los vaqueiros, pero sobretodo se diferenciada de la celebrada por los xaldos. Es importante entender la importancia del matrimonio como eje principal de la sociedad vaqueira que como grupo minoritario practicó la endogamia como mecanismo de supervivencia cultural. 

La trashumancia por tanto, no es la única característica que diferencia a los Vaqueiros de los Xaldos, sin embargo su sociedad se construye sobre ella, un hecho que supondrá durante mucho tiempo rechazo y discriminación. Como grupo minoritario y nómada los vaqueiros han sido en su historia objetivo de recelos y desconfianzas, específicamente por xaldos y por la Iglésia Católica.

Los residentes de los pueblos veían en la práctica nómada de los vaqueiros una escusa para huir de las responsabilidades vecinales y del mismo modo dificultaba el pago del diezmo o de los distintos impuestos durante la Baja Edad Media, por lo que las administraciones religiosas siempre intentaron paralizar sus actividades. Además cuando el dominio feudal regía la sociedad y asumía la propiedad de diferentes territorios, los señores locales obligaban a los vaqueiros a pagar una tasa cada vez que transitaran por ellos.

Debido a la sucesión de todas estas tensiones y presiones sociales, el pueblo vaqueiro ha ido dejando la práctica de la trashumancia y se ha diluido en la sociedad no vaqueira, sin embargo son muchos los individuos que reivindican su relevancia cultural. Las claves para entender el nomadismo o la trashumancia dentro de una sociedad totalmente sedentaria es en gran medida la relación de tensiones y presiones por parte de ambos extremos dando como resultado imaginable el declive del grupo más frágil.

Bibliografía

Álvarez, D. G., Aproximación etnoarqueológica a los Vaqueiros d’Alzada: un grupo ganadero trashumante de la montaña asturiana, Arqueoweb: Revista sobre Arqueología en Internet, nº 8 (2007).

García Martínez, A., Antropología de Asturias I. La cultura tradicional, patrimonio de futuro, Oviedo: KRK ediciones, 2008.

Maffesoli, M., El nomadismo fundador, Nómadas, nº 10 (1999), 126-142.

Riu J. U., Tradiciones sobre el origen de la trashumancia de los “vaqueiros” de Asturias y su interpretación, Estudios Geográficos, nº 15 (1954), 321.

Sánchez Gómez, L. A., Los vaqueiros de alzada según las últimas publicaciones. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, nº 44 (1989), 305-324.

Imágenes

Braña: www.ruralia.com/lugares-interesantes/museo-vaqueiro-reflejo-de-transhumancia.


Sobre el autor:

Carlos Rodríguez Prol

Graduado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma  de Barcelona. Allí, realizó su Trabajo de Final de Grado sobre los estereotipos del flamenco a partir de un trabajo de campo de tres años en el Centro Popular Andaluz de Sant Cugat del Vallѐs.

Sus intereses para con la antropología se centran sobre todo en el mundo de lo religioso y los derechos de los pueblos indígenas.


Actualmente cursa el Máster en Religiones y Sociedades organizado por la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad Internacional de Andalucía, con la intención de realizar una investigación de campo en Barcelona sobre los cultos afrocubanos.

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