martes, 9 de agosto de 2016

José García Ramos en la pintura regionalista andaluza

Durante el siglo XIX, la tradición pictórica, tanto en España como en el resto de Europa, experimenta un cambio de perspectiva influenciado por el Romanticismo. El costumbrismo fue un fenómeno muy interesante que tuvo una larga duración extendiéndose hasta mediados del siglo XX. En España y más concretamente en el territorio andaluz, el costumbrismo y el regionalismo permitieron dar a conocer tanto la vitalidad y la alegría de sus gentes como la realidad de pobreza y picaresca. Durante dicho siglo hubo figuras importantes como José Jiménez Aranda, Joaquín Turina, José María Rodríguez Acosta o Julio Romero de Torres, pero hoy nos centramos en el sevillano José García Ramos que dedicó la mayor parte de su vida a plasmar las escenas que veía por las calles de la capital hispalense. 


La Malvaloca

El joven Garcia Ramos se formó en una de las mejores escuelas del costumbrismo pictórico del momento, la escuela sevillana. Compagina estos estudios con su trabajo de aprendiz en el taller de José Jiménez Aranda,  gracias al cual viaja a Roma en el año 1872. Durante esta estancia en la capital italiana, lleva una vida bohemia aunque al ser un autor desconocido tuvo que malvivir gracias a la venta de pequeños cuadros donde representaba paisajes y figuras andaluzas. Este hecho le dará una agradable sorpresa,  pues estas obras que hacía para poder subsistir tuvieron una muy buena aceptación, le dieron más experiencia y le hicieron  más conocido en la ciudad. Es aquí donde conoce al también pintor Mariano Fortuny, de origen catalán, cuya técnica le abre un abanico de nuevas perspectivas que se ven reflejadas en las obras que realiza de aquí en adelante. 

No solo permanecerá en Roma, en los años posteriores también visita Nápoles, Venecia e incluso Paris, hasta volver a la ciudad que le vio nacer y que tanto le inspiraba. Estos viajes le proporcionaron al pintor llegar al punto que tanto anhelaba en el plano estético, además de otorgarle la posibilidad de interpretar modernos paisajes y cautivadores ambientes costumbristas. A lo largo de su etapa más productiva, entre 1882 y 1900, las obras de García Ramos se vendieron muy bien, convirtiéndose en un pintor famoso no sólo en Sevilla sino en el ámbito nacional, especialmente por sus colaboraciones con "La Ilustración Española y Americana" una de las publicaciones más famosas de la época. Sin embargo, no consiguió el reconocimiento oficial a pesar de participar regularmente en las Exposiciones Nacionales. Esta ausencia de reconocimiento le llevó a la frustración y el desánimo pero no quiso, o no pudo, cambiar su estilo, amargándose los últimos años de existencia. 


La salida de un baile de máscaras

Las claves estéticas del artista con claras referencias a Paris y Roma, se ven reflejadas con gran claridad en su propia personalidad y singular carácter para interpretar el ambiente que vivió de una Sevilla provinciana y sencilla en la cual pervivían demasiados tópicos de la sociedad andaluza. Sus temáticas favoritas eran sin duda las fiestas, procesiones, los viáticos, las bodas y los bautizos que protagonizaban gente sencilla como toreros, gitanos, monjas o majas. Además de sus oleos el afamado artista fue un gran pintor de carteles de las conocidas como “Fiestas de la Primavera” que era la Semana Santa y la Feria de los año 1890, 1906, 1907 y 1912 donde sabe intercalar con gran maestría estos grandes pilares sevillanos.  La muerte del pintor fue muy sentida en toda la ciudad, sobre todo entre sus colegas del Ateneo, llegando incluso a pedir la realización de un monumento en su honor en los Jardines del Parque de María Luisa por el papel tan importante que tuvo en la ciudad.

De toda su obra parte de los cuadros que se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Sevilla son oleos de imágenes sevillanas como son Baile por Bulerías o en el Museo del Prado, donde además de esta misma temática tienen bocetos del artista. Lo que sin duda es de admirar es que su obra ha seguido siendo referente a la hora de mostrar la parte más castiza y humilde de la Andalucía del siglo XIX y XX en la cual, en cierto modo hoy podemos seguir viendo identificada parte de la sociedad andaluza.  

Bibliografía

Museo de Bellas Artes de Sevilla.

El Pintor José García Ramos 1852-1912 (Exposición de obras de colecciones particulares en el Ateneo de Sevilla), Sala “Gonzalo Bilbao” 18 al 28 de Diciembre de 2012. http://docplayer.es/14691186-El-pintor-jose-garcia-ramos-1852-1912-exposicion-de-obras-de-colecciones-particulares-en-el-ateneo-de-sevilla.html

Moline, Jean: “Pintores Catalanes en Montmartre (1880-1900), en Revista electrónica de estudios filológicos nº22 (Universidad de Tours, 2012). 


Sobre la autora

Lucía Lobato Hidalgo
Graduada en Geografia e Historia por la Universidad Pablo de Olavide, promoción 2011-2015. Interesada en la Historia Moderna y en la Historia del Arte, realizó su Trabajo Fin de Grado sobre los Bienes de Difuntos de Emigrantes Zafrenses en el siglo XVI. En la actualidad se dedica a impartir clases particulares y el próximo curso empezará un master enfocado en gestión cultural en la Universidad de Valladolid.

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