martes, 26 de julio de 2016

Mercado tipográfico en Sevilla: auge, decadencia y cambios en el sistema productivo

Sevilla desde el siglo XV fue una de las ciudades punteras de la Corona de Castilla. Prueba de ello fue su relevante comercio y la instauración progresiva de instituciones tanto civiles como eclesiásticas considerables. No obstante, habría que esperar al “descubrimiento de América” y al establecimiento en la misma de la Casa de la Contratación en 1503, para que Sevilla fuese considerada como uno de los “ombligos del mundo moderno” y estuviera en boca de la mayoría de cortes europeas.

A raíz de su importancia, esta ciudad sería una de las primeras en la Península Ibérica en acoger la imprenta y fundar un centro productor. Asunto que no debe dejarnos sorprendidos, puesto que en pleno siglo XV había sido el principal centro de distribución de manuscritos.



En este óleo de Sánchez Coello de finales del S. XVI vemos reflejada esa imagen concurrida, dinámica y viva de Sevilla como puerto al Nuevo Mundo, donde no dejó de crecer el asentamiento de extranjeros para hacer negocio, con cuyas nacionalidades se identifican calles de esta ciudad desde entonces como es el caso de la calle alemanes junto a la Catedral de Sevilla.

En este contexto, la demanda de impresos no dejó de crecer, ya que estar informado era relevante a la hora de tomar decisiones mercantiles o aventurarse en alguna empresa. Por otro lado,  desde ella se empezó a nutrir parte de la demanda de impresos y libros del mercado americano. Además cabe señalar su papel como “hervidero de noticias”, ya que era uno los nudos de comunicación más importantes del mundo moderno, al que llegaban noticias y cartas sobre la suerte de las posesiones europeas en el Pacífico, Índico y Atlántico.

La imprenta revolucionó la producción de libros, no obstante, en la Península a pesar de su buena acogida inicial dejaría paso a un mercado más fructífero y efímero como se trataba el de las relaciones de sucesos, las cuales acapararían el protagonismo en las imprentas sevillanas. El hecho de que los impresores apostaran por las relaciones e impresos menores, no es un casual, sino que fue fruto de una tendencia que comenzó con la decadencia o falta de competitividad de las imprentas españolas frente al mercado europeo del libro. Al realizar un análisis a escala europea del siglo XVI,  podemos constatar que había  grandes centros de producción en Alemania, Italia, Francia y Países Bajos, donde se consolidaron dinastías que funcionaban como  multinacionales del libro: produciendo y distribuyendo sus impresos por Europa y América a través de una compleja red de agentes y factores.

Estos centros fueron competidores feroces tanto para Sevilla como para el resto de las imprentas de la Península Ibérica; ya que eran más competitivos tanto en precio como en calidades y su producción era mucho mayor debido al gran número de talleres (por ejemplo en Venecia a mediados del S.XVI se tenía constancia de unos 150 mientras que en toda la península existían unos 30 en total). De hecho, si una obra española tenía éxito, las copias posteriores se hacían en el extranjero o directamente se llevaban a  estas imprentas para que fueran imprimidas antes de distribuirlas en el mercado.

A la voraz competencia del marco europeo habría que sumar los problemas antagónicos de la industria editorial española y la crisis de la industria del libro en Sevilla a mediados del XVI, asuntos los cuales hemos abordado de forma esquemática en la siguiente tabla:



Finalmente, cabría decir que estos factores ocasionaron por un lado la pérdida para Sevilla del rango de principal centro productor y distribuidor de libros en la Península, y por otro un cambio radical tanto en su industria como en su producción y mercado. Este último, quedaría eclipsado por las “potencias editoriales” y tendería a la importación de libros sobre la producción propia y a la transformación del sistema productivo para dar protagonismo a impresos menores efímeros de gran tirada como es el caso de las relaciones de sucesos, las cuales tuvieron su época de esplendor máximo a finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, llegando a ser consideradas como el primer periódico de la historia.

Bibliografía

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Infantes, V. “¿Qué es una relación? (divagaciones varias sobre una sola divagación)”. En Las relaciones de sucesos en España (1500-1750).En Actas del primer coloquio internacional (Alcalá de Henares, 8,9 y 10 de junio de 1995):205. Alcalá de Henares: Publications de la Sorbonne,1996.

Maillard, N. Difusión y circulación de la cultura escrita en Sevilla. 1550-1600. Tesis Doctoral inédita . Universidad de Sevilla: 2007.

Maillard, N. y Rueda, P. “Sevilla en el mercado tipográfico (Siglos XV-XVIII): de papeles y relaciones, en Relaciones de sucesos en la biblioteca de la Universidad de Sevilla, ed. 13-26.Sevilla, Trama Gestion S.L. ,2008.

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Rodríguez, A. Diccionario bibliográfico de pliegos sueltos poéticos (siglo XVI). Madrid: Castalia,1970.


Vista de Sevilla de Sánchez Coello, óleo sobre lienzo (1576): http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MAM&txtSimpleSearch=Vista%20de%20Sevilla&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=MAM%7C&MuseumsRolSearch=11&    



Sobre el autor:

Francisco José Gómez García

Graduado en Geografía e Historia por la Universidad Pablo de Olavide, promoción 2012-2016. Periodo en el que desarrolló su interés en la violencia, redes de comercio y nodos de comunicación de la Monarquía Hispánica en Oriente durante la Edad Moderna. Su Trabajo Fin de grado, titulado “La masacre de los sangleyes en el contexto de la imprenta sevillana”, estuvo estrechamente relacionado con estos asuntos. Además, muestra interés por la historia militar, las catástrofes naturales en la historia y la archivística. Actualmente, está matriculado en el Máster en Historia y Humanidades Digitales, organizado por la Universidad Pablo de Olavide.

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